Alcaldes sin sueldo: Todo por el pueblo

 

Juan Luis gestiona el Ayuntamiento desde hace 5 años.
También es funcionario (Foto: Jesús Macipe)

DAVID NAVARRO | En casa de Juan Luis Condón, el teléfono puede sonar a cualquier hora del día. Por ejemplo, al amanecer, cuando un vecino le advierte de que ha nevado. No es meteorólogo ni responsable de Protección Civil, sino el alcalde del pequeño municipio zaragozano de Sediles, de 101 habitantes. "Tengo que ir a trabajar a Calatayud", le advierten, y Condón sabe que le toca levantarse, avisar para que vengan las quitanieves y la carretera esté limpia cuanto antes. "El alcalde es la persona de referencia en un pueblo; si tira de los demás, empuja hacia adelante. Si no comprende que su función es volcarse por su municipio, el pueblo no avanzará", asegura.

Como Juan Luis Condón, en Aragón hay 706 alcaldes que están al frente de ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes. Suponen el 96,5% de los ediles aragoneses; la mayoría no percibe ningún salario: solo en 45 ayuntamientos tienen en nómina a algún miembro de su corporación municipal, que suponen 3,5 millones de euros al año. "Y ahora nos vienen con una reforma de la administración local en la que aseguran que van a ahorrarse millones y millones en sueldos y organizando competencias -critica Condón-. ¿Es que no saben que en la mayoría de municipios de Aragón los alcaldes no cobramos y que gran parte de los servicios los hacemos los propios vecinos con coste cero? Se nota que el texto viene desde Madrid y está escrito por alguien que no tiene ni idea de la realidad rural. Es una cortina de humo que tiene un único objetivo: privatizar servicios y gastar aún más dinero".

Tras avisar a la quitanieves y atender aún más llamadas para advertir de la nevada, Juan Luis Condón ya puede conducir hasta Daroca, donde trabaja como funcionario. El teléfono seguirá sonando y aún tendrá que pasarse por el ayuntamiento para atender la correspondencia al final del día. "Un alcalde rural está al servicio de sus vecinos las 24 horas, lo tomas o lo dejas -resume-. Y siempre dispuestos y con buena cara, porque uno ya sabe a lo que se expone cuando acepta el cargo".

Son alcaldes, además, sin siglas. Condón es de Chunta Aragonesista (CHA), pero admite que a la hora de arrimar el hombro son todos los concejales los que trabajan. Lo mismo sucede en la localidad oscense de Barbués, de 110 habitantes, donde su alcalde, José Bailo, que forma parte de las listas del Partido Popular, ha tenido que picar más de una zanja con su teniente de alcalde, que es del PSOE. "Aquí los partidos importan poco, quizá porque somos más conscientes de que trabajamos por las personas y el pueblo. Los problemas no se solucionan en el pleno, sino en la calle o en un conversación en el bar". Bailo está acostumbrado a recibir una llamada y tener que bajarse del tractor, cuando trabaja en sus cultivos de maíz, alfalfa y arroz. "En este pueblo no tenemos alguacil y muchas tareas las hemos de realizar nosotros. Incluso nos toca barrer más de una vez", explica. Su jornada empieza entre las6ylas7de la mañana para trabajar en el campo, pero son raras las ocasiones en las que no suena el teléfono. "Siempre hay un vecino que necesita consultar un papel, o hacer una fotocopia, o que avisa de una avería. Los jueves, además, es el día que acude un secretario para despachar correspondencia y atender las solicitudes".

Para algunos alcaldes, como el aragonesista Ismael Brenchat, del municipio de Valjunquera (Teruel), "el oficio de alcalde es una labor muy dura, que apenas es reconocida y que quema mucho. No solo no cobras, sino que incluso dejas de ingresar dinero. Y has de dedicar un tiempo que sería para tu familia o para dedicar al descanso. Aún hay quien piensa que estás en la alcaldía para sacar algo, y la realidad es bien distinta".

Brenchat pone el despertador a las 7 y a las 8 ya está en sus campos de agricultura ecológica, donde cultiva almendros, olivo y vid. "A la una acudo al ayuntamiento, en la que tendría que ser mi hora de la comida, y me quedo hasta las 3". Valjunquera cuenta con 387 habitantes y eso supone más documentos que firmar, correspondencia, licencias... "Hoy he tenido que venir del campo a las doce, tengo una cita a la una y tendré que volver al ayuntamiento por la tarde. Eso lo puedo hacer porque soy autónomo, no sé cómo se las apañarán los que trabajen por cuenta ajena". Desde el pasado 7 de febrero, la secretaria del ayuntamiento está de baja por maternidad y Brenchat ha tenido que asumir sus funciones. Más llamadas de teléfono y más citas que atender, porque el pueblo no para. Solo lleva dos años al frente de la alcaldía, pero confiesa que no ve el momento de descansar un poco de tanta responsabilidad. "No es fácil contentar a todo el mundo. Es un trabajo a veces muy ingrato, porque hay vecinos que no ven el esfuerzo ni entienden por qué han de pagar una licencia o advertir de que realizarán una obra".

El problema del dinero

El esfuerzo de vecinos y alcaldes de pueblos pequeños permite que la localidad disponga de servicios como guardería, educación de adultos o consultorio médico. Es tarea de todos cuadrar las cuentas y asumir que se gastará menos en una partida para sufragar los gastos de una competencia que, en realidad, no poseen. Por ello, algunos alcaldes han criticado el contenido de la reforma local del Estado que prepara el Ministerio de Hacienda, y que amenaza con la desaparición de aquellos ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes que no cumplan con la estabilidad presupuestaria. Además, se estudia que sean las diputaciones quienes asuman muchos servicios que actualmente ofrecen los municipios, con el fin de evitar duplicidades. En opinión de Juan Luis Condón, "muchos servicios se están dando ahora en los pueblos a coste cero. Cada vecino ha limpiado desde siempre su trozo de calle, o se turnan para cortar la hierba de las piscinas. Si hay que hacer un entierro, lo hace el propio municipio. ¿Qué sentido tiene que ahora una diputación vaya a asumir el servicio de limpieza, cuando el pueblo ya lo realiza gratis?" Condón propone otra solución: "Que las comarcas asuman su función de gestión mancomunal, que los pequeños municipios sigan trabajando por sus propios vecinos y que las diputaciones desaparezcan. No habría tantos intermediarios y llegaría al ciudadano más dinero".

Desde Valjunquera, Ismael Brenchat destaca la buena gestión de su presupuesto que realizan la mayoría de los pequeños ayuntamientos. "Pocos tienen déficit. Alguna excepción hay, claro, pero la mayoría cerramos el año con superávit. Y eso que estamos dando unos servicios que cuestan mucho dinero, pero que el pueblo demandaba: hace unos años abrimos la escuela infantil y, a pesar de que las subvenciones del Gobierno de Aragón han bajado mucho, confiamos en que siga en marcha. También contamos con una profesora a media jornada que viene al pueblo de lunes a jueves para dar clases de educación para adultos. Y Valjunquera es referencia comarcal en el programa Aula Mentor, que permite estudiar hasta cien titulaciones por internet. Si contamos con esos servicios es porque los gestionamos nosotros", considera.

Tampoco los ayuntamientos Barbués o Sediles corren riesgo de desaparecer, porque no tienen deuda viva y han sabido cuadrar las cuentas. "No es algo fácil -admite José Bailo-. Pero con el dinero que se recibe se araña de aquí y de allá para dar servicios a los vecinos. Construimos el consultorio médico al que acude el médico y el enfermero dos veces por semana, y hemos de pagar su mantenimiento: luz, teléfono, calefacción... Dudo que un pueblo sin ayuntamiento pudiese ajustar su presupuesto para asumir competencias que no son suyas".

El alcalde de Sediles, Juan Luis Condón, denuncia que los municipios no pueden saber con seguridad a principios de año de cuánto dinero dispondrán. "Así es imposible hacer un presupuesto, hay que adivinar qué subvención llegará o cuánto dinero aportará la Diputación... Según el sistema actual, el alcalde acude a su grupo político de la Diputación para recibir el dinero. No tiene sentido aportar financiación según el color político, y además uno se siente como un niño pequeño que recibe la 'propina' porque no sabe administrar su dinero. ¿Por qué no asigna el Gobierno de Aragón directamente la cantidad correspondiente a cada pueblo según sus necesidades? Hace falta una reforma de la administración local, pero la están haciendo completamente al revés".

Sediles cuenta con una guardería infantil durante los meses de verano y un consultorio médico en el que también asume los gastos, todo ello sin endeudarse. "Al final, los buenos gestores están aquí, en los pueblos". También critica el trabajo de las comarcas que, en su opinión, "parece que solo sirven para instar y proponer y no para actuar. Cada consejero cobra por acudir a debatir temas que no aportan nada, y el gasto sube y sube".
Heraldo de Aragón (Heraldo Domingo, 24-2-2013)

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