El programa REDISTRIBUYE humilla a los zaragozanos
"Reflexionen sobre este programa, que nada aporta y sí merma nuestra dignidad y autoestima de por si dañada con la crisis"
Recogemos la carta enviada por un colectivo de receptores de la iniciativa ZARAGOZA REDISTRIBUYE al ayuntamiento de nuestra localidad:
Señor Alcalde, Señoras y Señores concejales. Nos dirigimos al pleno municipal el día en que van
a aprobarse los presupuestos para el año 2014 y lo hacemos sabiendo que lo que
vamos a exponer puede parecer insignificante en relación a las grande cifras de
las que ustedes van a hablar a continuación. Le agradecemos a la Asociación de
vecinos de Lanuza Casco Viejo que haya canalizado nuestro derecho democrático a
expresarnos delante de nuestros representantes.
No venimos a hablarles de números, venimos a exponer a toda la
Corporación Municipal como nos sentimos muchas personas de esta ciudad a
la que la crisis económica nos ha obligado a acudir a los Servicios Sociales
del Ayuntamiento.
Este escrito esta redactado a partir del testimonio de personas que
somos beneficiarias del programa Redistribuye. Este programa se puso en marcha
el año pasado y consiste en facilitar a las personas a las que se les concede
una ayuda de alimentación, además de la tarjeta con una cantidad determinada de
dinero para un supermercado, un lote de alimentos a recoger durante cuatro
semanas consecutivas.
Esta entrega del lote de alimentos se hace en un centro público,
centros culturales o similares y cuando llegamos debemos identificarnos ante
personas que tienen nuestro nombre en unos listados junto con el de otras,
personas que no son trabajadores públicos, sino voluntarios que de buena fe
están ahí ayudando.
Tenemos que ver nuestro nombre publicado y conocido por personas ajenas a las que no
interesa nuestra situación. Tenemos que pasar necesariamente delante de otros
ciudadanos que son vecinos, o los padres de los amigos de nuestros hijos a los
que no nos interesa que sepa nuestra situación familiar, para
que nuestros hijos no sean etiquetados.
Y esta situación se repite durante cuatro semanas a la misma hora en
las que nos sentimos identificados y etiquetados como los pobres. Esta misma
imagen nos crea un profundo desequilibrio emocional.
No nos avergüenza nuestra situación, créannos si les decimos que ahora mismo
cambiaríamos todas las ayudas por un puesto de trabajo.
Tampoco nos avergüenza recurrir al Ayuntamiento o la DGA a solicitar
ayuda. Pensamos que cada persona debe ser responsable de su situación, pero
también pensamos que cuando una persona tiene dificultades para mantener una
vida digna debe haber unas Instituciones Públicas que le apoyen.Los
responsables de esta crisis no somos nosotros, pero las consecuencias de ella
misma son transferidas a los ciudadanos mas desfavorecidos.
Señor Alcalde, por
los motivos antes citados nos sentimos humilladas por nuestro Ayuntamiento.
Sentimos Indignación, Frustración, sentimos Vergüenza señores y señoras
concejales.
Hasta ahora el Ayuntamiento nos facilitaba únicamente una tarjeta con
la que acudir al supermercado. Eramos clientes del supermercado, como cualquier
otra vecino o pariente que al ir a pagar lo hacían con una tarjeta especial y
solo la persona de la caja sabía la procedencia de la misma.
Ahora, con el programa Redistribuye somos y nos hace sentir los pobres, los que
van a pedir, los que necesitan alimentos, quizás a ustedes les parezca
insignificante lo que decimos, pero créannos es la diferencia entre sentirte
humillada o no y la consecuencia es que algunas personas ante esta situación
vergonzante decidan no solicitar el derecho a la ayuda de alimentación.
Cómo se sentirían ustedes si tuvieran que ir al centro publico de su barrio, delante de sus vecinos de
toda la vida y les pusieran en una fila, sin ningún anonimato, o se
cruzaran con los compañeros de su hijo y todos supieran que no puede dar de
comer a sus hijo y por eso va a recoger alimentos.
No entendemos qué hemos ganado los ciudadanos con esta medida. Han rebajado las cantidades de las
tarjetas y a cambio nos facilitan una bolsa con alimentos sin ningún sentido,
parece que es lo que sobra o está a punto de caducar. Nos repiten alimentos
continuamente, nos dan cosas que está prohibido comprar con la tarjeta, solo
por que están apunto de caducar. Es para todos igual, independientemente que en
la casa haya niños, ancianos, diabéticos o cualquier otra situación particular.
Se va a dar la paradoja señor Alcalde, de que se sanciona la compra de
refrescos o zumos si se adquieren con la tarjeta y ahora por un convenio que
han firmado con una marca de refresco nos los vamos a tener que tomar queramos
o no.
¿ De verdad saben
esto los expertos nutricionistas de la Universidad de Zaragoza que iban a hacer
dietas para cada tipo de familia?
Somos conscientes de que debemos ser, y lo somos mayoritariamente, responsables con
el dinero público, creemos hacer un buen uso de él y estamos de acuerdo en
que se nos exija una correcta utilización de las ayudas, pero también
reivindicamos nuestro derecho a elegir lo que queremos comer, la alimentación
además de una cuestión de necesidad biológica tiene también aspectos
culturales, de costumbre, de opción, poder elegir lo que comemos es la mínima
expresión de dignidad que no podemos perder y ustedes no nos la pueden quitar.
Les pedimos Señor Alcalde, miembros de la Corporación Municipal, que reflexionen sobre este programa, que
nada aporta y sí merma nuestra dignidad y autoestima de por si dañada con la
crisis.
Les pedimos que las Ayudas de Urgencia de Alimentación vuelvan a ser regidas únicamente por el
reglamento municipal que las desarrolla.
Esperamos de nuestro Ayuntamiento programas de apoyo a los ciudadanos basados en los
Derechos Sociales y no programas como el Redistribuye que menoscaba nuestra
dignidad y es más propio de momentos en los que las instituciones practicaban
la beneficiencia.
Gracias por su atención y buen trabajo