Entrevista a Gervasio Sanchez, Periodista del Heraldo de Aragón

Gervasio Sanchez
"El problema es que los medios de comunicación han dejado de vigilar el poder económico y político para convertirse en sus amigos privilegiados"

Acaba de comenzar una recopilación de sus trabajos, ¿cómo los valora al echar la vista atrás¿ ¿Cambiaría algo? Me hubiera gustado no ser un niño trabajador, me hubiera gustado no tener que trabajar durante todos los veranos de mi vida entre mis 12 años y mis 31 años para pagarme los estudios y hacer los viajes que hice en la década de los 80. Me hubiera gustado hacer un máster de fotografía y aprender idiomas durante los veranos en el extranjero. Pero seguramente mi vida hubiera transcurrido por otros caminos. Aprender desde niño que el esfuerzo diario es el único camino para conseguir un objetivo no tiene precio en esta vida

Ha hecho suya la batalla contra la minas antipersona, ¿qué ha conseguido en este tiempo? ¿Ha recibido alguna respuesta efectiva o solo palmaditas y buenas palabras?
Lo que yo he hecho es documentar el drama de las víctimas de las minas. He creído que era importante contar historias de personas anónimas que sufren las consecuencias terribles del mayor fracaso del Hombre que es la guerra. He tenido la suerte de que mis trabajos han sido muy bien recibidos y he podido decir lo que pensaba siempre que me lo han preguntado. He podido decir que las guerras lucran a los países más desarrollados y son gobiernos democráticos los más desalmados en el negocio de la guerra y la muerte.

El periodismo está devaluado, algunos de sus compañeros dicen que los periódicos han muerto. ¿Cree que es así? ¿Qué factores considera que han influido en la devaluación de su profesión?
El periodismo es tan importante para una sociedad como la educación y la sanidad. Se haga como se haga el periodismo que va a sobrevivir es el de gran calidad. El problema es que los medios de comunicación han dejado de vigilar el poder económico y político para convertirse en sus amigos privilegiados. El otro día el ex presidente Zapatero se dio su primer pelotazo económico vergonzoso. Dio una conferencia (¿sería sobre su incapacidad económica?) y se llevó una cantidad escandalosa de dinero (decenas de miles de euros). Nadie se atreve a criticar estas prácticas quizá porque los consejeros delegados de los medios hacen lo mismo.

¿Qué lugar o situación le gustaría fotografíar y todavía no ha tenido la oportunidad? (Bea)
Lo que más me importa es fotografiar la dignidad que es algo no tangible. Conseguir mostrar con dignidad a los seres humanos atrapados en la locura de la guerra (por motivos que desconocen) sigue siendo mi asignatura pendiente.

En una guerra, qué hace primero un periodista, ¿ayudar a un herido o tomarle una fotografía? Gracias,  (Antonio)
No me gusta que los periodistas hablen de sus intimidades. Me cansa los periodistas que cuando vuelven de un conflicto (y a veces solo han estado en sus aledaños) se ponen a hablar de lo que les ha pasado a ellos en vez de lo que les está pasando a las víctimas. Si yo te dijera que ayudaría a un herido tú pensarías que soy una buena persona; si yo te dijera que tomaría una fotografía tú, en cambio, pensarías que soy un mercenario. En todo caso todavía no me mirado al espejo cuando he vivido situaciones parecidas y me he cabreado por mi actuación.


Soy estudiante de periodismo y me gustaría ser reportera de guerra, ¿qué consejos poddría darme? ¿Cómo se consigue que un medio te respalde en este tipo de trabajos’ ¿Puede uno irse por su cuenta y luego encontrar quien compre el trabajo? Le agradecería cualquier consejo que pudiera darme (Luisa)

Mi primera recomendación es que te busques un trabajo alternativo que te permita ganar en pocos meses el dinero suficiente para hacer ese viaje. Y cuando puedas equilibrar los gastos (que serán muchos) y los ingresos (que serán pocos) des el salto. Yo estuve 17 años de mi vida trabajando de camarero (entre mis 15 y mis 31 años) primero para pagarme los estudios universitarios y después para viajar en vivir en hoteles de mala muerte. Trabajaba a destajo entre junio y septiembre, 12 horas al día, siete días a la semana (como le gustaría al presidente de Mercadona que hiciéramos todos hoy), ganaba bastante dinero a tanto por ciento y con propinas (como no le gustaría al presidente de Mercadona, el nuevo apóstol del capitalismo salvaje) y luego viajaba. Sobre todo intenta que en el restaurante que trabajes se sirva la mejor paella de la zona para que ganes más clientes.

Tal y como están organizados hoy los ejércitos, ¿es posible hacer periodismo de guerra o uno se tiene que limitar a ir empotrado y aceptar la información que se le facilite sin más? He oído a bastantes miembros de la ‘tribu’ quejarse de eso. ¿Piensa usted lo mismo?
Desde el principio del periodismo los periodistas han trabajado empotrados. Los periodistas que hicieron las fotografías del desembarco de Normandia iban empotrados, los que entraron en el París liberado iban empotrados, los que trabajaron en la guerra de Vietnam iban empotrados. Incluso muchos de los que trabajan en Afganistán e Iraq hoy en día van empotrados. Incluso los que trabajan con grupos irregulares van empotrados. El problema no es ir o no ir empotrado sino que hagas un trabajo fiel a lo que ocurra y que no aceptes que te manipulen. Si quieres trabajar en zonas de Afganistán controladas por los talibanes y quieres ver con tus propios ojos lo que pasa tienes que empotrarte. Lo idea sería hacerlo también con los talibanes pero ellos no aceptan a periodistas extranjeros.

Qué diferencias ha encontrado entre trasmitir una crónica y fotografías hace 20 años y hacerlo ahora. ¿La tecnología se ha convertido en una buena ayuda?
Es como la noche y el día. Hace 20 años tenías que mandar la crónica por fax. Lo otro día vi un vídeo en el que yo estaba en Managua en 1990. Mandar una fotografía costaba 15 minutos en blanco y negro y 45 minutos en color. Tardabas más en revelar y mandar que hacer el trabajo. Lo bueno es que tenías que ser un gran editor para elegir la mejor foto porque sólo daba tiempo a mandar unas cuantas imágenes de una cobertura. Hoy ese mismo trabajo (enviar) se hace en milésimas de segundo.

¿Cuándo ha pasado miedo? El miedo es el mejor antídoto contra la estupidez y la irresponsabilidad. Si alguien te dice que no siente miedo simplemente aléjate de él. Es peligroso viajar con él o con ella. Lo importante no es pasar miedo sino que el miedo no te impida trabajar.

En estos 25 años de carrera, ¿en algún momento has pensado en tirar la toalla y dedicarte a otro tipo de periodismo?
Siempre he creído en el periodismo como un oficio que dura 24 horas (aquí me parezco al presidente de Mercadona). Y siempre he creído en mi forma de trabajar desde que era muy joven. Siempre me ha gustado viajar por carreteras secundarias en vez de por autopistas de la comunicación. Y he hecho lo posible e imposible por conseguir mi objetivo sin pisar a nadie. Nunca he pensado en tirar la toalla a pesar de que hay muchas cosas del periodismo que las detesto.

Buenos días. Hace un par de días visite la exposición de sus fotografías en Madrid. Me conmovió muchísimo. Mis preguntas son las siguientes:
-En la exposición había varios niños pequeños acompañados por sus padres, quienes trataban de explicarles lo que allís e mostraba. ¿Qué le gustaría trasmitir a los niños con sus imágenes?
-Una vez que se recoge la cámara en la funda, ¿el fotógrafo cambia de estado, aparecen las emociones retenidas? (Rebeca Cavero)

Los niños comienzan a leer antes imágenes que palabras. Un niño de corta edad sabe seguir una película animada antes de saber que la b con la a es ba. Por eso se muestra tan interesado por las imágenes. Evidentemente es bueno que alguien le explique que lo que ve en las imágenes de Tacalera en Madrid es la pura realidad, que no tiene nada que ver con los juegos bélicos en los que suele participar con sus amigos. Es bueno que alguien le explique la suerte que ha tenido de nacer en una sociedad desarrollada alejada desde hace décadas de la guerra. Que alguien le explique que la guerra es un gran negocio que beneficia a empresas y personas que viven a miles de kilómetros. La memoria impide que uno se pueda deshacer de la maleta de impresiones, emociones y amarguras que se esconden en cualquier lugar bloqueado por la violencia. Aunque no se regrese más a un determinado infierno, los demonios de la guerra acaban jugándote malas pasadas. Algunas veces me he encontrado algún rostro que ya no existe instalado cómodamente en un sueño monstruoso.

Muchas gracias por vuestras preguntas. Si vais a Madrid antes del 10 de junio visitad mi exposición en Tabacalera (Embajadores, 53).
Un abrazo

Entradas populares de este blog

Mesa de la Hospitalidad en Zaragoza

EL JURAMENTO DE LOS REYES DE ARAGON

"AQUÍ NUNCA PASA NADA"