FRENTE AL PARO Y LA PRECARIEDAD, SOLIDARIDAD

El paro volvió a subir en Aragón un 5,04% en febrero, situándose en 76.986 desempleados a comienzos del pasado mes de marzo. Aragón es la comunidad con el mayor crecimiento del desempleo en los últimos doce meses, un 83,17%.
Esto se explica en parte por el elevado número de contratos temporales de nuestra región, que fueron 9 de cada 10 (el 88%)de los firmados en 2008. Es decir, que de los 466.083 contratos firmados tan sólo el 12% fueron indefinidos. Esta altísima tasa de temporalidad duplica la media europea. La maldición del trabajador precario es doble, porque además de estar continuamente en la puerta giratoria que conduce al paro, a duras penas puede cobrar el subsidio por desempleo durante unos pocos meses. De esta forma son 9.000 los aragoneses que en breve pueden dejar de cobrar el paro. Subsidio que es, para muchos de ellos, el único ingreso que les queda.
Esta escalada vertiginosa del paro guarda estrecha relación con la degradación de las condiciones laborales que se nos están imponiendo desde hace casi treinta años. En materia de derechos laborales estamos retrocediendo en la historia 150 años. La Unión Europea lleva meses planteando la regulación legal de la jornada laboral de 65 horas semanales. Pero el problema es que esta jornada de 65 horas ya es una realidad en Europa desde hace más de 10 años para muchos trabajadores. De manera que la ley sólo pretende legitimar lo que ya se viene haciendo.
Para poder imponer estas duras condiciones laborales durante años se ha ido debilitando el tejido asociativo de la sociedad, el movimiento obrero solidario, el sindicalismo revolucionario, la familia militante… todos aquellos contrapesos del poder (llámese éste Estado o mercado). Parece que todos los logros laborales que se consiguieron en Europa, fruto del sacrificio, la lucha y la sangre de millones de pobres, son ahora un obstáculo. ¿Por qué? Porque hacen a Europa menos competitiva frente a países como China, cuyo crecimiento económico supera el 10% gracias al capitalismo salvaje asentado en la explotación laboral. Este es el planteamiento de las empresas multinacionales y muchos gobiernos europeos que apuestan por la máxima libertad para el capital y la mínima para el trabajador.
Por ello, en este 1º de Mayo, es preciso recordar las luchas sociales y políticas que consiguieron que hoy el trabajador no sea una herramienta más en el engranaje del sistema productivo. En España apenas hubo lucha obrera no secundada inmediatamente por el pueblo aragonés. Uno de los instrumentos de lucha más comunes y eficaces de aquel Movimiento Obrero fueron las Huelgas de Solidaridad. Un tipo de huelga que hoy está prohibida por nuestro ordenamiento laboral y de la que los sindicatos no hablan ni quieren hablar. ¿Qué pasaría si hoy, para luchar contra la crisis, los trabajadores europeos emplearan las Huelgas de Solidaridad, en vez de luchar entre ellos mientras los poderosos hacen caja?

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